El Jefe

El año 1982, en mi empresa «El Monte», me hicieron «JEFECILLO» de una parte del departamento de Informática. Desde entonces, aparte de los posibles éxitos o fracasos de mi gestión, lo más importante de todo es la cantidad de personas con las que pude relacionarme.

Aunque, en realidad, se trata de uno de los momentos más gratificantes de mi vida. No por haber llegado a ser «el baranda», sino porque me di cuenta de que era capaz de tratar de la misma forma a «los de arriba» como a «los de abajo».

Era capaz de hablar con la misma soltura con las limpiadoras (que por cierto, siguen acordándose con cariño de mí) que con el presidente de la empresa.

Desde ese momento, muchos «amigos» me siguen llamando «JEFE». Pero no en el sentido de jerarquía, sino dando forma al cariño que nos une, cada uno en sus funciones.

Loading

Scroll al inicio