Una noche inolvidable en el incomparable patio de San Pedro. Ana Oropesa, Caracolillo de Cádiz, Rocío Luna y Mercedes de Córdoba pusieron su alma en cada paso y cada quejío. A su lado, guitarras que respiraban arte y gargantas que abrazaban el compás como el aire al fuego. Palmas sincronizadas como juncos al viento y un público que supo estar: mirando, escuchando… y aplaudiendo lo grande. Gracias a todos por hacerlo posible. Aquí va un resumen que no lo cuenta todo… pero lo recuerda con emoción.