El Caballista

Mi abuelo Manué «El Vichero»

Aunque mi familia, tanto por parte de padre, como de madre, ha estado siempre relacionada con el mundo del caballo y del toro bravo, lo cierto es que, a mí, no me llegó la “AFICIÓN” hasta muy tarde.

Sin embargo, he de decir que ha sido, de todas mis vidas, la más gratificante.

Caballos recién duchados

Empecé en el año 1990 (yo acababa de cumplir 37 años) comprando un caballo a un amigo, Marcelo, de Valencina de la Concepción. El caballo se llamaba “Porri”. He de decir que yo no tenía ni idea de qué hacer con él.

En el trato se incluyó una montura vaquera y un cabezal.

Y poco a poco fui aprendiendo cositas sobre los caballos, por ejemplo,

  • cómo ponerle «los chismes”,
  • cómo sujetarle las patas para ponerle las herraduras,
  • cómo montarme,
  • cómo mantenerme encima,
  • cómo hacerlo andar,
  • cómo pararlo,

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Mis Caballos

Aquí veremos algunos de los caballos con los que he compartido parte de mi vida.

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Y una larga lista de caballos que han estado trabajando en casa y de los que hay muchísimas anécdotas. Poco a poco iré incorporando información sobre ellos.

Brindis, Saltarín, Portugués, Negrito, Puntero, Cárdenas (Lacayo Mac), Farruquito (Hablador), Morita, Infante, Curro, Presidente, Candela, Zar, Inspirado, Guru, Juncio, Andarín, Lucero, Almutamid, Aldebarán, Asesino, Ruso, Salomé, Gitano, …

Y además, contar con una partida de caballos ponys gallegos que compré en El Ferrol, a donde me acompañó mi tío Paco” Vichero”, y que fueron domados en casa por mis hijos pequeños y un amiguito que tenían que se llamaba Alberto.

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