La Siembra en casa

Mi padre tenía muy claro que una finca no podía estar sin producir, que eso era una falta de respeto a la naturaleza, y a la vida en general.

De manera que nuestra tierra estaba permanentemente activa, cambiando de cultivo cada temporada por zonas.

Regando Tomates

Tomates, pimientos, habichuelas, ajos, cebollas, berenjenas, coliflores, patatas, zanahorias, … y muchas más cosas

En aquella época, podíamos estar regando durante todo el día.

En contra de la actual situación de sequía, en aquellos años, la gente del campo decía, todas las primaveras, que se “juntaban los planes”, es decir, que el agua que estaba en los fondos de la «capa freática» se unía con el agua que había caído gracias a la lluvia. Lo que significaba que había excedente de agua.

El único problema era que el motor con el que sacábamos el agua del pozo estaba colgado con un cabestrante y había que ir adaptándolo al nivel que iba tomando el agua a lo largo del día. Así, por la mañana el motor estaba arriba del todo y por la tarde lo habíamos bajado muchos metros.

agua en el pozo

Alguna vez, al acabar la jornada, se nos olvidaba subir el motor. El resultado siempre era el mismo. A la mañana siguiente el motor estaba totalmente sumergido.

Teníamos que sacarlo, desmontándole el tubo de aspersión, desconectándolo de la corriente eléctrica y llevarlo a la panadería del Boni donde se metía un día entero en el horno. Eso hacía que se secase, y dos días después, volvíamos a instalarlo y volvía a funcionar normalmente.

Tengo que decir que jamás conseguimos recuperar, ni muchísimo menos, los gastos que se ocasionaban con nuestra siembra. Pero mi padre estaba orgulloso de no dejar la tierra baldía.

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